El estrés, el mal humor y el cansancio paracen ser exclusivos de los habitantes de las grandes ciudades. Lo que parecía un simple síntoma de la vida en centros urbanos ahora fue graficado por una investigación publicada en la revista Nature, realizada por el Instituto Central de Salud Mental en Mannheim, Alemania, en la cual también se detallan los efectos físicos en el cerebro humano.
Mediante resonancias magnéticas a estudiantes urbanos y rurales, se notó la diferencia entre las reacciones y zonas de sus cerebros. Asimismo, los investigadores arrojaron que los cosmopolitas pueden sufrir además de transtornos de ansiedad y carácter, otros de mayor relevancia, debido a que siempre están en guardia y tienen matemáticamente más oportunidades de tener experiencias de estrés.
“Resultados anteriores han demostrado que el riesgo de desórdenes de ansiedad es un 21% mayor para los habitantes de las ciudades, quienes también incrementan sus posibilidades de sufrir trastornos en el carácter en un 39% Además, la incidencia de la esquizofrenia es casi el doble en las personas que han nacido y crecido en las ciudades”, señaló el estudio.
Según el comentario adjunto en el artículo, dos neurobiólogos del Instituto de Tecnología de California, Daniel Kennedy y Ralph Adolphs, señalaron la importancia de nuevas políticas para las poblaciones urbanas. “El hecho de que estaremos viviendo en ciudades con estas condiciones es inaceptable. La investigación nos dice la importancia de comprender los efectos de vivir en las ciudades y sus efectos en la salud mental”.
(Y eso, que no en todas se tienen autoridades tan brillantes como en las nuestras)
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