Recién concluidas las fechas “santas”, con el pasado escándalo en plena Catedral de la Ciudad de México, y con la beatificación del Papa Juan Pablo II, me encuentro con un estudio que realizó Ipsos/Reuters sobre la creencia de dios en nuestros caóticos días.
Los datos duros arrojaron que con el avance de la ciencia y en una sociedad aparentemente laica, más de la mitad de los encuestados (provenientes de 23 países) creen en la existencia de una “entidad divina.” Por su parte sólo un 18% afirmó que no creía en ningún dios y un 17% afirmó no estar seguro. De estas 18,829 personas encuestadas casi un 30% es partidaria del creacionismo (idea de que el hombre fue creado por un Dios), superados en un 41% que creía en la evolución del hombre.
Los países que registraron un mayor número de creyentes en Dios fueron Indonesia, Turquía y Brasil, mientras que los ciudadanos de Sudáfrica y Estados Unidos fueron quienes defendieron la idea de que dios hizo al hombre con barro y llamaron loco a Darwin. En contraste, los más ateos se identificaron en países europeos, principalmente en Francia, Suecia, Bélgica y Gran Bretaña.
Retomo un estudio del que les hablé hace un tiempo, en el cual el investigador Satoshi Kanazawa decía que los más sujetos con un cociente intelectual más alto preferían rechazar la idea de un ser supremo…
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